en aquella tarde,
junto a los almendros,
el sol se ocultaba
para esconder
nuestros secretos.
Soñé con tus caricias
en un mar de deseos,
en aquella tarde fría,
con un hermoso cielo,
tus manos y las mías
templadas con caricias,
llenas de deseos.
Al despertar te veo,
junto a ti,
tu mano,
junto a la mía,
siguiendo las caricias
con un mismo sueño,
escondidas las manos
ocultando nuestros secretos
llenos de besos...
Fco. Javier Verano